viernes, 13 de junio de 2008

Estaban en Silencio...

Estaban en silencio, por la ventana entraba el sol y calentaba la habitación. Esa semana había hecho frío polar, pero el clima era lo que menos interesaba.
Su sueño le había dicho que él era para ella, en realidad todos los sabían desde un principio. Él estaba ahí en la cama opuesta a la de ella sentado, mudo, de espalda a la ventana por donde entraba el sol y el mundo. Ella también estaba ahí, frente a él, sentada, muda, con la mirada fija en el árbol enorme de atrás. Al lado de sus pies las valijas listas.
-¿qué voy a hacer con vos?- dijo ella aguantándose las lágrimas. Él siguió mudo.- háblame. Decime algo. ¿Qué hago con vos?, ¿qué pretendes que haga con vos?- dijo llorando ya. Las lágrimas no aguantaron y brotaron como las palabras. Él seguía mudo, mudo y pálido, mirándola fijo. Ella en la mano llevaba el pasaje que la iba a llevar lejos de ahí, lo tiró arriba de la cama y volvió a reclamarle - ¿podes hablar?, ¿podes dejar de mirarme así?- ella se frotó su cara- no te entiendo, estas acá con tu mirada fija en mi, pero no haces nada... ¿queres que me quede?, ¿queres que deje todo lo que planifiqué? ¿Queres que lo abandone a él? ¿Queres que me vaya con vos? ¿qué queres? dale, dale ya q sos valiente para venir hasta acá, contestame-dijo casi gritándole, él seguía mirándola, suspiró y para ella el tiempo se frenó en ese instante porque pensó que él iba a decir algo, pero no, siguió mudo y mirándola.
Ella agarró el pasaje, ese que la iba a llevar lejos de él y de todo, se agarró la cabeza con la otra mano, se inclinó hacia adelante y apoyándose en sus rodillas dijo - no sé, no sé que te pasa, venís me miras fijo y te vas, necesito dejarte, necesito irme, si dijeras algo pero no...Estás ahí, me mirás fijo, te sentas ahí. Allá esta nuestro árbol ¿lo ves?, allá esta, atrás tuyo, pero no, ni siquiera lo mirás, me mirás a mi- levantó la vista y lo miró diciendo- me mirás y suspiras, ¿que queres? ¿Que me quede acá cuidándolo?, ¿qué queres?, ¿que me vaya con vos?, ¿que me quede acá?, ¿que lo cuide?, dejá de mirarme así, dejá de hacerme esto- él ya veía a través de ella, como si ella no estuviese ahí. Ella se levantó se puso delante de él y quiso tocarlo pero no se animó. Las lágrimas seguían cayendo, se volvió a sentar y miró de nuevo el árbol.
Él, que seguía allí sentado y mirando, dio vuelta su cabeza y miró el árbol, volvió a suspirar y comenzó a llorar, se agarró la cabeza con las manos, y casi instantáneamente se levantó. Arriba de la cama donde estaba sentado, había un estante y allí una foto, una foto de ella, se secó las lágrimas, abrazó el retrato y Suspiró; ella abrió los ojos como nunca, pensando nuevamente que él iba a hablar, y esta vez no se equivocó, él habló y lo único que pronunció fue "si no te hubieras ido ese día...", miró al árbol, dejó la foto y salió de esa habitación.
Ella ya no estaba ahí, sus valijas tampoco, solamente quedaba ese árbol y el recuerdo de lo que hubiese sido.



voy publicando mientras me inspiro, x eso publico tan seguido...
gracias muso(?) je.

2 comentarios:

NN dijo...

che no sabia que te llamabas Natalia Navarro igual que yo, o es un seudonimo?

Silvio dijo...

Querida Natalia, he leído tu texto. Es muy sanguíneo, estoy pasando por una etapa de mi vida, que realmente me impide opinar sobre él, aunque ya sabes que me gustan tus relatos. Permitime que hoy, me abstenga de opinar sobre el contenido.
Me encanta el violeta de tu blog, queda muy bien realmente.
Cariños.