Prendé la radio!- le gritó desde la cocina. Hacía días que era lo único qe la alejaba de todo, su bendita radio, la música en realidad.
Estaba sola en la casa con Antonia, no eran muy estrechas, pero Antonia la quería y sabía muy bien que esa radio era su escape personal.
Prendió en esa FM famosa y empezó a sonar ese tema, ese tema que la alejaba de todo, hasta de su cuerpo.
Sabes Antonia, cuando yo tenía 2 años más que vos, escuchaba este tema y era como si me pusieras una pausa. Mis pies se qedaban inmóviles, se me aflojaban los brazos y era necesidad cerrar los ojos. Antonia la miró sin darle casi importancia. Y ¿sabés? al instante que yo cerraba los ojos la musica, que entraba por los oidos, viajaba por todo mi cuerpo y me obligaba a dar esos primeros pasos. Sea donde sea que estuviese yo tenía que moverme y mis hombros...¡AAAAAA mis hombrosssss! iban al compas de los platillos de la bateria.
Antonia empezó a interesarse más en todo eso, como si la madre le estuviera contando algo muy intimo y secreto.
y pensaba en él ¿sabes?, en el cantante tomando el micrófono y bailando en los momentos en los que no cantaba. En el guitarrista, moviendo el pelo mientras daba los acordes al mismo tiempo que el bajista. Y el baterista dandole vida y unión a todo eso; y yo estaba ahi, estaba ahi con ellos, con mis ojos cerrados y mis hombros moviendose lentamente de un lado al otro con mi cabeza. Si, era lindo escuchar esta canción.
Se sentó, dejó el repasador en la mesa y se dió cuenta de que había terminado la canción. No levantó la mirada por un rato largo, las invadió el silencio.
On top. The Killers, la canción que me hace sentir algo parecido.
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